Ciertas disciplinas relacionadas con la actividad física y la salud han dado más importancia que otras a la respiración a lo largo de los años. Algunas de ella como el yoga, tai-chi o pilates, son de las que más se han centrado en la importancia de este factor en la ejecución del trabajo físico, el control abdominal, técnicas de mindfulness, etc. Sin embargo, en los últimos años el concepto de “entrenamiento respiratorio” ha ido cobrando fuerza y peso dentro del mundo del entrenamiento hasta llegar a convertirse en una disciplina propia además de integrarse en otras muchas.

Desde STMove queremos daros unas píldoras de información relativas a la importancia de entrenar la respiración para poder tener un correcto “patrón respiratorio.

Empezaremos definiendo este término al que nos vamos a referir. Debemos entender la respiración como un “patrón de movimiento” más. Existe una secuencia de activación de distintos grupos musculares que han de funcionar en sinergia, con un ritmo y coordinación determinados, cada unos en su forma y medida. Si entendemos que la respiración es un “patrón motor” más, podemos deducir que igualmente este patrón puede estar alterado: la secuencia y/o el timing de activación de sus participantes puede estar alterada, alguno de los músculos encargados puede estar trabajando de más o de menos, pueden existir déficits o sobrecargas de ciertos tejidos por una “mala praxis” de los integrantes de esa “orquesta” que es el patrón respiratorio.

Lo siguiente sería señalar a los integrantes principales del patrón respiratorio:

El primero y más importante es, o debería ser, el diafragma. Este músculo tendría que realizar entre el 80-90% del trabajo relativo a la inspiración, contrayéndose para hinchar la cavidad torácica y abdominal, inflando los pulmones y permitiendo la entrada de aire en ellos. Durante la espiración, se habla de que el diafragma se “relaja”. Para ser correctos y no quitar valor a este músculo afirmando que sencillamente se “apaga”, su función es en realidad realizar una “contracción excéntrica”, controlando el aumento de la presión abdominal producida por la musculatura encargada de la espiración, función mucho más importante de lo que podría pensarse. Cuando el patrón respiratorio está alterado, la implicación del diafragma rara vez supera el 50%.

Los músculos intercostales ayudan a expandir lateral y anteroposteriormente la cavidad torácica para maximizar el volumen de expansión de los pulmones y así el aire inspirado.

El diafragma tiene ciertos “ayudantes” que solo deberían contribuir en situaciones de emergencia (altas demandas respiratorias) como son los escalenos y el esternocleidomastoideo. Estos deberían encargarse de elevar la parrilla costal y aumentar el volumen vertical de la cavidad torácica en caso de necesitarse una entrada de aire “extra”. Estos músculos suelen trabajar mucho más de lo necesario por determinados “fallos” en el patrón respiratorio. Esto supone una sobrecarga para ellos que se asociará a sobrecarga en las estructuras cráneo-cervicales.

En cuanto a la espiración, los principales encargados de la misma son el transverso abdominal y el oblicuo interno, ayudados por ciertos tejidos del suelo pélvico en su función concéntrica (periné). Estos músculos se encargan de aumentar la presión intraabdominal, controlada por el diafragma desde arriba, el recto anterior por delante y la musculatura paravertebral por detrás, produciendo así la compresión de los pulmones y la salida de aire.

En resumidas cuentas: el diafragma se contrae excéntricamente para aumentar el volumen pulmonar a través del aumento de la cavidad torácica, ayudado por la musculatura intercostal y en teoría sólo en situaciones de emergencia, por escalenos y ECOM. Transverso, oblicuo interno y suelo pélvico controlarán excéntricamente este aumento del volumen en la cavidad abdominal, ayudados por supuesto de las paredes musculares anteroposteriores de la región central que actuarán como estabilizadores. Estos últimos mantendrán su función durante la espiración, donde, a groso modo invertiremos la situación. Transverso, oblicuo interno y suelo pélvico serán quienes tomen el papel concéntrico mientras el diafragma realiza sus funciones de control excéntrico.

Este sería, en términos MUY GENERALES, el patrón de activación de la musculatura encargada de generar los movimientos respiratorios. Desde STMove queremos dejar claro que este patrón es algo mucho más complejo, hay más implicaciones, más relaciones anatómicas y funcionales detrás. Sin embargo, aquí queremos daros una visión algo general de la secuencia para poder entenderla al menos de una forma algo general sobre la que poder desarrollar el aprendizaje en futuras entradas, stories o publicaciones.

En cualquier caso, si deseáis saber más sobre el patrón respiratorio, en qué estado se encuentra en vuestro caso y cómo poder mejorarlo por el bien de vuestra salud y rendimiento, no dudéis en contactarnos en STMove.

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