La condromalacia rotuliana o patelar, se refiere al desgaste del cartílago o tejido blando que protege a la articulación. Se da mayormente entre quienes practican deportes como; el fútbol, baloncesto, ciclismo, tenis, running entre otros deportes.
El cartílago es el mejor amortiguador que tenemos en nuestras articulaciones y esa es la función que tiene. El 90% está compuesto de agua y el resto son células. La gracia del cartílago es que soporta la energía de los impactos en todas las articulaciones, ya pueden ser extremidades inferiores o superiores.
Causas
Sobrecarga. Los deportes que implican correr o saltar suponen una tensión repetitiva sobre la articulación de la rodilla, lo que puede provocar irritación debajo de la rótula.
Desequilibrios o debilidad muscular. El dolor patelofemoral puede producirse cuando los músculos alrededor de la cadera y la rodilla no mantienen la rótula correctamente alineada. Se ha descubierto que el movimiento hacia adentro de la rodilla cuando te pones en cuclillas está asociado con el dolor patelofemoral.
Lesiones. Los traumatismos en la rótula, como la dislocación o la fractura, se han vinculado con el síndrome de dolor patelofemoral.
Cirugía. La cirugía de la rodilla, especialmente para reparar el ligamento cruzado anterior usando tu propio tendón rotuliano como injerto, aumenta el riesgo de dolor patelofemoral.
Factores de riesgo
Edad. Comúnmente, el síndrome de dolor patelofemoral afecta a adolescentes y adultos jóvenes. Los problemas de rodilla en los grupos de más edad por lo general son provocados por la artritis.
Sexo. Las mujeres tienen el doble de posibilidades que los hombres de padecer dolor patelofemoral. Esto puede deberse a que la pelvis más ancha en las mujeres aumenta el ángulo en que se unen los huesos en la articulación de la rodilla.
Algunos deportes. Realizar deportes que impliquen correr y saltar puede exigir demasiado las rodillas, especialmente cuando subes el nivel de entrenamiento.
Prevención
Conservar la fuerza. Los cuádriceps y abductores de las caderas fuertes ayudan a mantener la rodilla en equilibrio durante la actividad deportiva.
Pensar en la alineación y en la técnica. Consulta con tu entrenador sobre ejercicios de movilidad y fuerza para optimizar la técnica que utilizas al saltar, correr y girar, y para guiar adecuadamente la patela a su ranura. De especial importancia es ejercitar los músculos de la cadera externa para impedir que la rodilla se mueva hacia adentro cuando te pones en cuclillas, amortiguas un salto o bajas la escalera.
Bajar esos quilos de más. Si tienes sobrepeso, adelgazar alivia el esfuerzo sobre las rodillas.
Realizar ejercicios de calentamiento. Antes de correr o de hacer otro ejercicio, haz ejercicios suaves de movilidad y activación.
Aumentar gradualmente la intensidad. Evita los cambios repentinos en la intensidad de tus ejercicios.